Llega a librerías el libro álbum infantil, es una preciosidad, merced a Penguin Random House Chile y le estoy muy agradecida pues es una joya de libro.
Todo empieza con Anna y su amor por los libros; vive mediante ellos, sus amigos y contrincantes son los individuos de cada libro que lee, llora las pérdidas y festeja sus triunfos. Pero la tortura la cercanía de su décimo aniversario; no desea hacerse mayor, la vejez le angustia y hace pesadillas; desearía que fuera como sus estimados libros y iniciar nuevamente las ocasiones que se desea.
Reseña del cómic “El Foc”, de David Rubín
Levanto la visión del cómic que acabo de leer sintiendome desorientado. Ciertas viñetas, las mucho más impresionantes, no desaparecen, se sobreponen con mi situación. Si cierro los ojos se vuelven mucho más vívidas. Inspiro aire, algo de oxígeno para escapar del tráfico. Noto el ámbito viciado, con un suave hedor de quemado: plástico, pelo y carne, papel, cartón y algo de madera que se intercalan con lágrimas. La sirena de un camión de bomberos sonando a lo lejos, abriéndose paso por el atestado tráfico de Barcelona, es lo que me saca de mi sueño lúcido. La primera cosa que pienso es en el abrazo que voy a dar a mi pareja en el momento en que llegue del trabajo. Entonces llamo a mis progenitores para decirles que deseo. La próxima vez que vea a mi sobrina voy a jugar con ella hasta quedar extenuado sin temor a mancharme si me tiro al suelo, obviando las miradas de los otros mayores que confunden inmadurez con ganas de saborear la vida, de exprimirla, llevar a cabo lo esencial sobre lo urgente.
Mientras que intento poner en orden un torrente desbordante de pensamientos reflexiono sobre las escasas proyectos que han logrado hacerme sentir de esta manera. Y no hablo solo de arrancarte lágrimas, de esa sensación de nudo en la garganta, sino más bien de hacerte sentir pequeño y también insignificante, una mancha de polvo para el cosmos, pero al unísono esencial, lo bastante a fin de que tus actos, esas acciones diarias, desganadas aun, que efectuamos todos los días tengan concepto para los que nos cubren.
El Fuego, de David Rubín, apela con tanta fuerza a los sentimientos humanos, tanto a los buenos como a los mucho más despreciables, que es realmente difícil salir indemne del viaje.
Síntesis.
Anna es una pequeña enamorada de los libros que está a puntito de cumplir los diez años, lo que no le emociona para nada. La pequeña teme envejecer y ocultar, pues en la vida real la multitud desaparece en el momento en que muere… Considera que esperemos viviese en un libro, allí uno puede fallecer pero revive en el momento en que otra persona empieza su lectura. Podría vivir en un bucle sin fin. Un óptimo día, al ir como es costumbre a la biblioteca, la bibliotecaria (la señora Monsen) está realmente triste por el hecho de que debe elegir los libros que absolutamente nadie lee y darlos al extraño señor Milton Berg a fin de que los destroce. ¡Pero de qué forma?! ¿Eliminar los libros? ¡Esto habría de estar contraindicado!, piensa Anna. Frente ese panorama desolador, la pequeña escoge salvarlos. Ella les va a coger prestados de la biblioteca, de este modo no van a poder quemarlos… A lo largo de semanas Anna lee y lee sin frenos a fin de que los individuos de estos libros no mueran terminantemente (qué horror). En la mitad de toda esta disparidad de libros que no paraban de ingresar en la casa de Anna, la bibliotecaria va a ofrecer uno muy particular: El bosque hechizado. ¡Con este sugerente título no podía defraudar! Desde el comienzo Anna se siente muy identificada con la historia que Waldemar Seier, el creador, enseña en el libro… Lo devora sin preocuparse de la hora que es y sin reposar hasta el momento en que al llegar a su fin revela con sorpresa (desapacible sorpresa ) que la última página está en blanco! Este percance provoca que se desencadene una aventura que traspasa el papel para transformar a Anna en la personaje principal de la historia intentando encontrar ese final robado. Pues toda historia bien contada debe tener un final aproximadamente redondo… ¿O no? 😉
Un bonito libro que leemos en unos cuantos noches ávidamente para poder ver de qué manera Anna resolvía aquel percance. Aparte de la historia que Klaus Hagerup nos comenta, y que te captura y no te suelta hasta conocer el desenlace (si bien para los mucho más alerta a la lectura tienen la posibilidad de preverlo), el libro tiene asimismo una fuerte presencia gráfica merced a las realistas ilustraciones de Lisa Asiat.